Quiero tragarme la luna,
me mira burlona.
Tumbarme en el pasto y vomitarla,
hasta que se lleve la rabia
hasta que la amargura desaparezca
y la injusticia se pudra.
Mejor dormirme y que el rocio me cubra
que quede invisible para el mundo
y la tierra comprenda mi naturaleza,
que ella me abrace en su pecho eterno
que se trague el odio y ya no vuelva,
que succione completa mi tristeza
y en su vientre frio y humedo
entierre viva mi alma enferma.

Cuando tú me miras
es el sol del medio día en invierno,
una caricia suave sobre mi piel
que va ahuyentando poco a poquito
este frío que suele habitarme en tu ausencia....