jueves, 28 de abril de 2011

Pesadilla

Tinieblas a mi alrededor, frío y miedo. Duermo en una cama dura con ropas ásperas, sintiendo la muerte a mi lado, es fea, horrible y llena la habitación de sombras y angustia. Estoy amarrada con ataduras que no veo y que no siento, pero se que las hay porque por más esfuerzos que haga, es imposible moverme.
El terror me estrangula, la desesperación. De mi garganta no sale más que una súplica que de grito solo tuvo la intención. Ya se acerca la locura, la siento, pero la negra muerte viene primero. Ahora pataleo, doy manotazos al aire y me torturo tratando de arrancar de mi pecho el grito que puede despertarme de esta pesadilla. Flota tan cerca, es gigante, es negra y tiene un tenue brillo color horror. Ya está sobre mi y mis ataduras no me dejan ir, no escaparé del abrazo que me espera. El miedo es inexplicable.
Solo queda cerrar los ojos y ver su rostro... su rostro, pavorosa palidez espectral, deforme, piel y hueso. Soledad y desolación. Toda la aflicción, los tormentos y las tristezas de este mundo llenan mi alma, y en un lamento que brota desde lo más adentro de mi corazón me entrego a la profunda, infinita y espeluznante oscuridad. Viscosa y álgida Cosa, toca mi piel y penetra, arrebatándome la vida.
No hay despertar.

jueves, 21 de abril de 2011

Verde

Una mirada de tus ojos y flotar es natural,
un estanque donde lavar mi tristeza.

Acogedor, tibio y verde bosque,
profundo lecho escondido del mundo.

Duermo en tus ojos, horas, días, siglos
y sueño con mi lugar secreto y lo comparto contigo.

Que nunca me falten tus ojos.
Fuego, hielo, agua y tierra.

Nienna.



Dedicado a mi amor, David.

domingo, 17 de abril de 2011

Maraña y confusión de bichos y latidos,
colinas ascendentes tras la neblina púrpura.
Terror creciente.

Quizá un día...

Camino de frente al vacío profundo y eterno,
retrocedo, espaldas al miedo.
La cobardía es reina.

Quizá un día...


Nienna
Te estoy viendo en la cara de la luna,
ven a mi cama, esta noche de piedra.
La luna está muy lejos.


Soñé que eras algodón de azúcar
te besé, interminable dulzura.
El algodón se derrite entre mis labios.


Tu mano me acaricia en el soplo de la noche,
una flor te espera.
La seda oscura toca mis ojos.


Ahora un velo gris cubre tu cara,
en el bosque siempre hay un misterio.
La luna tiene un lado oscuro.


Mi cama es de piedra y la noche eterna.


Nienna.